Disparan latas de refresco con un bazoka casero en Barcelona

Desde el pasado 7 de marzo de 2011 y una noche tras otra se oía un zumbido y de repente una lata impactaba violentamente contra el asfalto o contra la pared del edificio de oficinas situado en el 111 del paseo de Gràcia, en Barcelona.

Los vigilantes del inmueble avisaron a la Guardia Urbana noche tras noche cada vez que del cielo caía uno de esos objetos. Hasta 7 veces llamaron a la policía local por los impactos de latas. Cuando llegaban solo encontraban un paisaje de ventanas cerradas y oscuras y la tranquilidad nocturna de los Jardinets de Gràcia.

Pero la noche del domingo 13 fueron descubiertos los presuntos autores. Esa noche el vigilante pudo ver de dónde venía el proyectil: del 5º piso del edificio situado en el 114 del paseo de Gràcia, justo en la acera de enfrente. Allí se encuentra la residencia de estudiantes Nikbor.

Eran las 5.30 horas cuando los agentes, tras escuchar el testimonio del vigilante, se personaron en la residencia, preguntaron al conserje y éste los acompañó las estancias del 5º piso con balcones a la calle. En una de ellas los agentes encontraron a 5 jóvenes que negaron tener relación con los hechos e invitaron a los policías locales a entrar en el cuarto.

Allí, en el balcón, los urbanos hallaron medio escondido un bazoka casero fabricado con un tubo de PVC de 110 centímetros de largo y compuesto de un cañón estrecho y un repositorio trasero más ancho. Los jóvenes aseguraron no tener nada que ver con el arma, pero aún así, los urbanos los identificaron y pusieron los hechos en conocimiento de la justicia.

El arma casera se dispara insuflando aerosol en la parte trasera, lo que causa una deflagración que hace que el proyectil (en este caso latas) saliera a toda velocidad y fuera capaz de impactar en la acera de enfrente, a 50 metros de distancia.

Una de las recepcionistas del edificio de oficinas donde las latas impactaban comentó que «los envases estaban manipulados pues los habían envuelto con cinta aislante», y recuerdó como los incidentes «siempre se producían de noche o de madrugada». Por suerte nadie resultó herido, aunque «una de las latas estuvo a punto de impactar en un paseante», explicó la mujer.

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